jueves, 26 de mayo de 2011

La Percepción de La Realidad (Parte 2)


Un día estaba orando pidiendo respuesta a Dios por muchas preguntas que tenía y en un momento Dios me lleva a este pasaje en Isaias 48.


“…Las cosas pasadas desde hace tiempo las declaré, de mi boca salieron y las proclamé, de repente actué y se cumplieron.”


Otra versión dice: “…Y se hizo realidad.”


¡Dios sorprende!


Más adelante dice: “… Desde este momento te hago oír cosas nuevas…ahora han sido creadas, y no hace tiempo… Por amor mío, por amor mío, lo haré.”


¡Esto me dejó impactado!


Asimilar que Dios irrumpe de forma repentina para crear la verdadera realidad de nuestras vidas.


Cuando leí esto consecuentemente asimilé que mi realidad está en Cristo.


Las escrituras dicen que la plenitud de todas las cosas habita en Él, pero no podía entender la profundidad de como esta realidad percibida llegaría a hacerse presente en mí.


En un tiempo de adoración Dios me lleva a observar esto mismo que compartía al principio:


“Yo Soy Tu Camino…


Yo Soy Tu Verdad…


Yo Soy Tu Vida…


Y nadie llega al Padre si no es por Mí.”


¡Yo Soy!


Siendo que Dios quiere habitar en nosotros y nosotros podemos habitar en Él, la única forma para que Él actúe y se haga realidad es que Cristo se forme en nosotros como Camino, Verdad y Vida.


El Camino es el progreso del diseño, lo que Dios ya ha trazado desde el principio es necesario que perseveres en él, que se desarrolle y forme.


La perseverancia es permanecer en la substancia de lo que Dios puso dentro de tí.


Muchos propósitos de Dios han sido cortados tan solo por el hecho de no establecerse en justicia.


Caminar en sendas de justicia es como cuando atraviesas un paso de cebra.


Puedes ir tranquilo por El Camino, aunque vengan mil y diez mil contra ti no te alcanzarán, porque te estableciste en su justicia.


Progresas en el Camino.


Cuando avanzas por este camino los ojos de tu corazón comienzan a ser abiertos. Esto es avanzar con los ojos de la Fe.


Haciendo una paráfrasis de la versión King James dice en Hebreos 11.1:


“La Fe es la substancia de cosas esperadas, la evidencia de cosas que no se ven.”


Los ojos de la Fe en tu corazón te muestran una realidad distinta de la que estás percibiendo.


Te traen una evidencia espiritual de la verdadera realidad que es en Él.


Puedes ver escasez, pero la Fe te muestra abundancia. Puedes ver crisis, pero la Fe te muestra una oportunidad. Ves enfermedad, pero en la Fe ves tu sanidad.


Así como esa mujer en África, con los ojos de la Fe no podía ver a su esposo muerto. Sus sentidos la estaban engañando, la realidad misma que se le presentaba en lo físico… ¡Todo era un engaño!


Porque ella creía en lo que vieron los ojos de la Fe.


“… ¡Y de repente actué… y se hizo realidad!”


La genuina Fe nunca ha sido ciega, los ojos de la Fe pueden ver lo que no ves.

(... continuará)

Para el que quiera ver el video del pastor resucitado aquí:

Testimonio de Resurrección

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