martes, 15 de marzo de 2011

"... Mi Pecado está siempre delante de mí." (Parte 2)

Solamente observe y deténgase en el Salmo 51, y vea como David hace su confesión pública después de haber adulterado con Betsabé y haber asesinado a su esposo.

¿Cree que David halla dicho a los escribas: Eh! nooo! Paren!! No quiero que todas las generaciones de Israel sepan eso que hice?

¿O se imagina a Pedro diciendo a los evangelistas: ¿Podrían quitar cuando negué a Cristo? Es que no quiero que sepan que hice eso?

¿Cree usted eso?

No estoy hablando de caer en el rito religioso y bien hipócrita (disculpe si ofendo a alguien, pero yo también he caído en eso) de hacer "confesatorios ritualistas" de nuestros pecados.

¡No! Lea bien.

Dice: "...El que los confiesa Y SE APARTA!"

Ese era mi problema, andaba diciendo mis caídas a medio mundo pero no me apartaba. Sinceramente no sabía como hacerlo.

Sabiendo hacer lo bueno, como decía Pablo, no lo hacía.

¿Por qué? Por áreas de mi CONCIENCIA CAUTERIZADA. Era tanto el

pecado, la iniquidad y la rebelión que estas áreas ya prácticamente estaban muertas. Solo Cristo no teóricamente, sino que "realmente en mi espíritu" debería penetrar con su sangre en esas áreas y traer Resurrección.

Por favor ponga atención a esto.

No hay comentarios: